Insisten en que ellos no son autodefensas ni guardias comunitarios.
NUEVO URECHO, Mich.- Pobladores de cuatro municipios de Michoacán llevan nueve meses armados para defenderse de “Cárteles Unidos” y del “Cártel Jalisco Nueva Generación”. Insisten en que ellos no son autodefensas ni guardias comunitarios. Este grupo se autodenomina Pueblos Unidos y tiene presencia en Nuevo Urecho, Ario de Rosales, Salvador Escalante y Taretan, municipios aguacateros. Aseguran hacer el trabajo que las autoridades de los tres órdenes de gobierno no hacen: garantizar la seguridad ciudadana. En un recorrido que hizo EL UNIVERSAL por esa zona quedó en claro que las policías municipales de la región han dejado la seguridad en manos de Pueblos Unidos.
Los oficiales solamente ven de reojo a los comuneros armados que vigilan la barricada instalada en la comunidad de La Parota, y siguen su camino. Para el secretario de Seguridad Pública de Michoacán, Israel Patrón Reyes, Pueblos Unidos es un grupo armado que pelea el territorio con grupos antagónicos, cuyos miembros deben ser desarmados y detenidos por violar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Sobre esos dichos, los integrantes del grupo responden que primero desarmen y detengan a los del crimen organizado. .
En septiembre de 2020, en los límites de Ario de Rosales y La Huacana, inició este movimiento armado. Desde su conformación, Pueblos Unidos ha montado 59 barricadas. Relatan que un grupo de agricultores aguacateros de San José de Chuén, Rancho Nuevo de Chuén, Buen Suceso y Toyonguio de Ario de Rosales decidieron levantarse en armas. “Al principio se levantó en armas contra el Cártel de Los Viagras, en el municipio de Ario de Rosales, porque la gente ya estaba cansada de esas personas”, dice uno de los líderes.
“Las comunidades nos unimos, combatimos y expulsamos a los delincuentes de aquí, donde ahora los Pueblos Unidos hemos instalado decenas de puestos de seguridad”, agrega. Aun así, los pobladores aseguran que el asedio criminal resurgió, ahora por parte del “Cártel Jalisco Nueva Generación”. Durante varios meses sólo se concentraron en mantener sus puestos de vigilancia, hasta que a inicios de junio uno de sus integrantes, Raúl Medrano Álvarez, fue secuestrado. Pobladores, familiares y líderes del movimiento responsabilizan de la desaparición a Miguel Ángel Gallegos Godoy, “Migueladas”, presunto lugarteniente del “Cártel Jalisco Nueva Generación” en Tierra Caliente, con residencia en La Huacana.
El 6 de junio, integrantes de Pueblos Unidos se movilizaron sobre la autopista Siglo 21. En un punto de Gabriel Zamora tuvieron un acercamiento con enviados del “Cártel Jalisco Nueva Generación”. De acuerdo con su versión, la gente de “Migueladas” se comprometió a liberar y entregar sano y salvo a Medrano. “Sólo pasaron unos minutos y el ‘Cártel Jalisco Nueva Generación’ nos atacó a los comuneros de Pueblos Unidos; se desató un enfrentamiento y nos mataron a un compañero”, relata un miembro del grupo.
Desde entonces, y de manera intermitente, Pueblos Unidos tiene tomada la caseta de cuota de Taretan, y también bloquearon durante una semana las vías del tren en Tomendán. Ello, refieren, para presionar a la fiscalía del estado y a las autoridades municipales, estatales y federales para que les ayuden a encontrar al joven Raúl Medrano, quien sigue desaparecido.
Las barricadas. En cada barricada instalada en brechas y carreteras que unen a los municipios de Nuevo Urecho, Ario de Rosales, Salvador Escalante y Taretan están los civiles que portan armas y un gafete distintivo. “Ese gafete es para identificarnos entre los compañeros de las barricadas y en la parte de atrás se muestran una reglas de lo que no podemos hacer”, explica un integrante. Las barricadas están integradas por hombres del pueblo, casados o con pareja, mayores de 18 años, quienes deben asistir una vez cada dos semanas.
“Eso lo hacemos porque en nuestros pueblos, cuando se adquiere la responsabilidad de formar una familia, están obligados a hacerse cargo con seriedad de su gente”, expresa otro de los representantes.
