Gobierno mexicano, castigara a quien difunda noticias falsas, espera llegar hasta los culpables por difundir este tipo de notas.
La infodemia ha bajado un poco, no tanto en Twitter, porque los promotores de noticias falsas están como medio acalambrados ¿no? Algo sucedió, que en la última semana como que se medió acalambraron, no sé si tenga algo que ver el tema de Genaro García Luna con eso, pero en WhatsApp se ha intensificado a raíz de la tercera fase de la epidemia la circulación de audios y de videos alterados, truqueados, que tienen como objetivo generar desconfianza social, generar miedo, sobre todo en los sectores más populares, en los sectores que no tienen acceso luego a contrastar la información.
Así, estamos escuchando el audio de una señora que se dice que la Secretaría de Marina va a rociar el virus en las noches, que es un audio truqueado de 2017 y que les llega a las personas porque se hacen las cadenas, cadenas de trasmisión, exactamente como en el coronavirus, se hacen las cadenas de trasmisión a través del WhatsApp.
¿Qué es lo que hay que hacer?
Cortar la cadena. Lo que hay que decirles a los ciudadanos es que no compartan ese tipo de audios ni de videos ni de mensajes, por más que se los haya mandado su comadre, su compadre, su amigo, su colega, porque eso lo que está generando es mucho más miedo y mucha más dependencia que el propio coronavirus.
Vamos al tercer punto. Por eso es importante cortar esa cadena de mensajes, incluyendo también los mensajes exagerados o negativos en Twitter, porque la infodemia, es decir, la epidemia de noticias falsas o medias verdades lo que genera son percepciones negativas, pánico, desconfianza social, vulnerabilidad y prejuicios que criminalizan a las personas que viven o atienden el coronavirus.
Los ataques a las enfermeras, a los enfermeros, a los médicos, al personal sanitario, no es un asunto casual, tiene que ver con la infodemia, tiene que ver con esta estrategia de criminalizar, señalar o alimentar los prejuicios para que la responsabilidad del coronavirus sea de un ente profesional o de alguien. Esto es muy preocupante y por eso a la Organización Mundial de la Salud le ha preocupado tanto este asunto.
Cuarto punto, también la infodemia lo que potencia son las teorías de la conspiración y también ustedes habrán escuchado en YouTube, en Facebook o en Twitter, incluso, las teorías de conspiración más locas, desde que es un asunto de los judíos capitalistas de Nueva York hasta que es el producto de un laboratorio chino o que se inoculó desde Estados Unidos para entonces molestar a China.
Esto, que es común, se vuelve todavía más peligroso cuando la difusión de estas versiones es todavía más rápida. En la infodemia, la réplica o la difusión de esta información es hasta cuatro o cinco veces mayor que en tiempos normales y eso obviamente todo lo estamos viviendo todos los días.
Porque el negocio -pasamos al punto cinco- porque el negocio ahora, el negocio de los que hacen la infodemia es intoxicar las redes sociales y la intoxicación, como en un paralelismo con el tema de las adicciones a las drogas, lo que te genera es lo que algunos llaman la dopamina digital; es decir, si nosotros escuchamos, vemos y compartimos información negativa, hay un efecto emocional en nosotros que nos hace adictivos a eso, como también nos podemos hacer adictivos a los memes o a las burlas.
Este asunto es todavía más perverso, porque se trata de enganchar a la gente. Aunque sean absolutamente ridículas, increíbles las versiones, el tema es que se viralice, que se comparta de manera mucho más rápida.
Y el último punto, no es que nosotros como colegas periodistas o como comunicadores estemos exentos de la infodemia, porque eso nada más les da a las personas que no saben o que son ignorantes. No, la infodemia nos afecta a todos, porque la rápida transmisión de la información falsa genera miedo, desconfianza, polarización en lugar de generar solidaridad, empatía y una acción social más contundente.
Y termino sólo para comentar esto. El negocio, acuérdense los que nos están viendo y escuchando, que en las redes sociales cuando algo es gratis, quiere decir que el negocio somos nosotros, nuestros datos.
El negocio en estos tiempos de las redes digitales es que nosotros estemos enganchados a ellas.
¿Y qué hacer?, la gran pregunta ¿qué hacer frente a esto?
En primer lugar, conocer el fenómeno.
En segundo lugar, cortar la cadena de transmisión de mensajes, noticias falsas, audios, videos, porque si no cortamos esa cadena, la epidemia de la información falsa es todavía más delicada.
Termino con este ejemplo. Qué casualidad que ahora, en la tercera fase de la pandemia del coronavirus en México, que es la fase hospitalaria, ahora, justamente, el tipo de información que está circulando para generar desconfianza tiene que ver con hospitales del Seguro Social o del Issste en determinados municipios que son altamente vulnerables, como Ecatepec, como Iztapalapa, con Tijuana, etcétera.
En fin, es para darles el marco de lo que estamos ahorita enfrentando y creo que es responsabilidad de todos, de los medios privados, de los medios públicos, por supuesto en los médicos públicos hemos estado curando las noticias falsas, señalándolas a través del noticiario de Canal 11, de un programa especial en el Canal 22, de una constante labor de señalar y de informar en el Canal 14, incluso en un programa en Facebook; hay que actuar en esas plataformas, es decir, exactamente en Facebook y, por supuesto, en el IMER y en Radio Educación.