Tampico Tamaulipas, Mexicoaldia.com.mx. Desde el hospital general Canseco en estos meses del año aumentan los decesos por los derrames cerebrales, es una enfermedad que tiene cura y con vigilancia continua se pueden evitar.
Un accidente cerebrovascular (ACV), apoplejía o infarto cerebral, es una muerte repentina de las células del cerebro causada por una falta de suministro de oxígeno al cerebro.
Hay dos tipos principales de ACV:
ACV isquémico o infartos cerebrales (80% de los accidentes cerebrovasculares) son resultado de una obstrucción o una reducción del flujo sanguíneo en una arteria que irriga a el cerebro.
ACV hemorrágicos se deben a la ruptura de una arteria en el cerebro provocando una hemorragia intracerebral (15% de los accidentes cerebrovasculares) o a una ruptura de un aneurisma provocando una hemorragia subaracnoidea (5% de los ACV).
¿Cuáles son las consecuencias de un ACV?
La discapacidad resultante puede variar dependiendo de la ubicación del ACV y de la gravedad.
Después de un derrame cerebral, las células cerebrales mueren en las zonas afectadas. Los pacientes a menudo padecen discapacidades físicas, tales como la pérdida parcial de motricidad o hemiplejía, pérdida sensorial, trastornos del lenguaje, trastornos visuales, e incluso pérdida de memoria.
Comenzar un programa de rehabilitación rápidamente es clave para la recuperación.
Encontramos en el H.G R. Canseco a familiares de pacientes provenientes de la huastecas, tras haber sufrido un derrame cerebral (ACV), los familiares aseguran que paciente ni siquiera sabía que sufría presión alta, por lo que es de suma importancia checar sus signos vitales cada semana a personas 40 años de edad en adelante, son los más propensos a sufrir este tipo (ACV)